Al ingresar a este espacio, sus sentidos son bombardeados por el paisaje revuelto y saturado de Alex Da Corte. Un sombrero de bruja de gran tamaño llena la primera área, iluminada con neón verde y rojo desde arriba. Está flanqueado por una vidriera que representa una rosa roja, haciendo referencia a La Bella y la Bestia de Disney, y una imagen ampliada del piso al techo de una dama de honor llorando. La exposición es como un sueño: los elementos reconocibles se mezclan, pero algo está mal y gradualmente se transforma en una pesadilla surrealista.
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